Yo nunca conocí a esa niña, faltaba mucho para yo incluso pensar en nacer, y nadie me había contado esta historia anteriormente. Como si nada hubiese sucedido.

Por otro lado mi madre me cuenta que yo por ser hija única y vivir en un apartamento sin poder relacionarme con otros niños, jugaba sola o con “Una amiga imaginaria” lo cual mi madre consideraba normal debido a la situación y a mi edad de 7 años. Yo no recuerdo haber jugado con algún otro “ser” por así decirlo pero así era.

Recientemente me encontraba husmeando entre cajas con libros de años pasados, y conseguí mi cuaderno de primer grado, me emocioné al verlo y me senté a ver todos esos dibujos típicos de una niña de 6-7años, una casa, la familia, el sol, etc… Al pasar a las últimas páginas noté que se hacían repetitivos los dibujos de “Ángeles” o niños con alas. Nada fuera de lo normal y no me sorprendí hasta que vi un dibujo de una niña con alas y debajo decía “Anais, tiene 4 años” intrigada fui y se lo enseñé a mi madre, quedé petrificada al saber la historia de mi prima que falleció y que su nombre era “Anais” y coincidía ya que cuando murió tenía 4 años.

No podría explicarles lo que sentí en ese momento, pero les puedo decir que tiene algo de sentido ya que cada 7 años, los seres humanos cierran un ciclo… A los 7 años se empieza la niñez, a los 14 la adolescencia, a los 21 se da paso a la adultez y así sucesivamente. A esta edad de 7 años los niños se vuelven más perceptibles por así decirlo y son capaces de captar cosas que no se ven a simple vista y que puede que algunos no crean que sean reales puesto que la imaginación de estos niños a este punto se encuentra al tope. Lo que sí es seguro es que existen cosas que no son de este mundo y pueden comunicarse con nosotros, la diferencia es que unos prefieren bloquearse y otros simplemente lo ignoran.