Es definitivo, a la gente le gusta que los maltraten, que los pisoteen y que hagan con ellos los que les dé la gana, ¿Por qué lo digo? Simple… observen las parejas a su alrededor y díganme cuántas de ellas no han pasado por la traición, la perdida de la confianza, aun así están ahí, resistiendo, esperando a que alguno de los dos se dé por vencido y termine la relación.

Ese tipo de relaciones terminan siendo muy dañinas, pero como siempre hay dos versiones de la historia, el que observa fuera de la relación y el que está en ella. El que está afuera se verá preocupado por la situación del otro e intentará de la mejor manera posible -y buscando no ofender- decirle al que está dentro de la relación su opinión al respecto, pero aquí es donde está el problema porque no todos los que están dentro de la relación se ven dispuestos a escuchar, normalmente están en un estado de negación y tienden a tomar de mala manera la opinión de los demás. Yo por mi parte me he visto en varios casos en el puesto del que observa y lo que intento hacer es dar mi opinión una sola vez y luego apartarme para que esa persona reflexione.

Una vez leí que la única razón por la que nos enamoramos es por el dolor, porque el dolor es lo que nos hace sentir vivos, estamos destinados a sufrir con el fin de sentir que vivimos por algo, que sin amor nos sentimos vacios y sin propósito. Tal vez es verdad, pero creo que muchas personas lo toman de manera algo literal, lo llevan a extremo y ahí es donde caen en el masoquismo, no salen de una sola pelea, un “drama eterno”.

Claro está, yo no soy quién para decirles como vivir su vida pero señores, si algo he aprendido es que el amor y la vida se complementan, ambas son muy bonitas como para dañarlas de esa manera, encuentren el balance entre ellas, disfruten, viajen, conózcanse y tómense el tiempo para conocer a otras personas, life’s too short.